Con el fin de controlar militarmente la ciudad y sofocar posibles disturbios, se reconstruyó el castillo de Montjuic y se levantó una nueva fortaleza, la Ciudadela, para la que se derruyeron 1200 casas del barrio de la Ribera -quedando 4500 personas sin casa y sin indemnización-, así como los conventos de San Agustín y Santa Clara, camiseta barça y se desvió la Acequia Condal.